jueves, 20 de septiembre de 2012

El perfil psicologico de la negacion convertida en adiccion

 

Somos adictos a la negación por naturaleza


Desde hace décadas en nuestros medios se acusan a los diferentes gobiernos elegidos "democráticamente" de modificar los índices estadísticos de la inflación, declamar hechos alejados de la realidad, ignorar los reclamos de la sociedad y la oposición, y de manipular la información a "papeleta limpia" o con promesas de campanas que jamas serán cumplidas. Algunos analistas y periodistas denuncian estos hechos lisa y llanamente como falsedades, mientras que otros, muy escazos, afirman que se trata de un mecanismo psicológico más complejo, que es el de la negación. En resumen: nuestro país es uno que ha sido engañado por generaciones, desafortunadamente esa es nuestra cultura e idiosincrasia como nación en vías del desarrollo exclamando, "e palante que vamo", o "e pa fuera que van".

A nivel individual y simplificando, podríamos decir que negar es un mecanismo inconsciente de autoengaño por el cual escondemos a los demás, pero también y en especial a nosotros mismos, algo de la realidad que consideramos una amenaza a nuestra seguridad o a nuestra estabilidad: física, psíquica, emocional, laboral, económica o la que sea. Y lo hacemos por la razón que sea: porque nos angustia mucho, nos produce tristeza, miedo o culpa; por comodidad para no tener que asumir una responsabilidad o tal vez admitir alguna incoherencia interna; o por soberbia e inseguridad, porque no queremos dar el brazo a torcer y aceptar nuestros errores, entre otras muchas motivaciones.

Creo que todos conocemos y podríamos enumerar ejemplos de negación de la realidad, propios o ajenos, más o menos graves o peligrosos, para uno mismo o para los demás. Podemos haber ignorado un síntoma físico, como un dolor en el pecho, una inusual pérdida de sangre o un cambio considerable de peso. Podemos no registrar conductas extrañas, como la súbita irritabilidad, la falta de interés en las cosas habituales, un olvido importante, un gasto excesivo o unas tardanzas inexplicables. También, pasar por alto señales, como faltantes de objetos en la casa, de dinero en nuestra billetera o en la cuenta bancaria, de bebidas alcohólicas en nuestros colmadones, o del "fiao" que sorpresivamente hoy nos anuncian: " Hoy no se fía, mañana si ", así somos y así lo aceptamos, simple y llanamente.
        
Todas estas señales podrían ser ocasionales y fortuitas, y por lo tanto no significar nada en especial, o nada relevante. Pero también podrían estar anunciando un cáncer, delatando a un marido infiel o un adolescente alcohólico y usuario de drogas, o expresando los síntomas de una depresión. O revelar que un hijo nos usa el auto sin permiso, que la empleada domestica nos roba, que nuestra madre tiene principio de Alzheimer o que estamos nosotros mismos a las puertas de un infarto cardíaco.

Mecanismo de defensa o estilo de vida

¿Quién puede decir que nunca se ha mentido a sí mismo, que nunca ha negado algo de la realidad o que no ha cerrado los ojos frente a algo que le producía sentimientos amenazantes? Quien más quien menos, todos negamos, pero la negación en sí misma no debe ser vista como algo terrible ni patológico. En rigor, la negación es un mecanismo psicológico de defensa y como tal es algo natural. Más aún, los estudiosos en la conducta humana admiten que una cuota de negación es siempre necesaria y hasta esencial para la supervivencia psicológica de una persona. Es una forma de protegernos de situaciones cotidianas que nos abruman y muchas veces nos exceden, o que significan un intenso dolor para nuestra alma, como el que nos produce la sola amenaza de pérdida de un ser querido o la posibilidad de una enfermedad y hasta la conciencia de nuestra propia finitud. Sin algo de negación no podríamos seguir la vida.

En los casos más normales, negar sería desestimar la importancia de un hecho no demasiado importante y de alguna manera ignorarlo, ponerlo en "hold" por un tiempo, para dejar pasar unos días, tal vez unas pocas semanas. A veces, aquello que hemos negado desaparece en un corto plazo: algunos síntomas corporales se van solos, las extrañas señales o los faltantes no vuelven a repetirse, o los problemas que parecían amenazarnos tanto se resuelven por otras vías y con otras personas.

Pero muchas veces nada de esto pasa: el síntoma o la señal que elegimos ignorar vuelve a presentarse y, en general, con más fuerza y evidencia. En ese momento, insistir en la negación y el autoengaño deja de ser un recurso normal de defensa para empezar a transformarse en una práctica peligrosa, primero, porque desestimamos una advertencia o una señal de alerta de un peligro puntual; pero además, porque corremos el riesgo de que la negación se instale como un modelo de conducta o, si quieren, como una forma de vida, y que de esa manera, se extienda a otros ámbitos de la realidad.

La paja en el ojo ajeno

A pesar de haber analizado en mis años de trabajo como galeno dentro del manejo de las adicciones y su relación directa con la negación, descubrí hace poco leyendo una revista norteamericana algo nuevo que se me había escapado. El aviso de una ONG decía: “Denial is a drug”, es decir, “La negación es una droga”. Buscando en Internet encontré el aviso televisivo de la campaña, que empieza con una frase muy fuerte. Mirando a cámara, un adolescente dice: “Yo estaba en la secundaria la primera vez que vi a mi vieja consumir negación” mientras se ve la imagen de la madre tomando una pastilla de un frasco que lleva en la etiqueta el nombre del medicamento: “Negación”. A continuación, la madre encuentra un "zip-lock" con una hierba seca picada y con una hoja de mariguana, entra al cuarto de sus hijos y los descubre a él y a su hermana en evidente situación de estar manipulando una gran cantidad de pastillas, pero simula no haber visto nada y se retira del hogar con un saludo amable, como siempre.

Más allá del eslogan de la campaña antidroga sobre la complicidad necesaria de los adultos, decir que la madre "consume" negación me hizo ver a este mecanismo no solo como una conducta puntual imprescindible en el caso del abuso de drogas, sino como una adicción en sí misma, una conducta de ocultamiento y mentira a la que uno puede acostumbrarse porque genera dependencia y después traslada a otros ámbitos de la realidad. Y como sucede con la mayoría de las adicciones, podría ser necesario consumir cada vez más negación para mantener oculta esa odiosa realidad, de la que nos vamos alejando día a día hasta quedar aislados.

Llegado a este punto y desde esta nueva perspectiva, empecé a preguntarme si se podría pensar en la negación como un fenómeno social y no solo individual. Si antes de acusar al gobierno de negar la realidad y de falsear la información, no sería más honesto y eficaz interrogarnos sobre nuestra propia responsabilidad como sociedad, sobre nuestra imprescindible complicidad como ciudadanos para que estas cosas sucedan en el país y a la luz del día. Porque siempre fue más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio.

Si la negación es una droga, parecería que los dominicanos a lo largo de los años nos volvimos adictos, poco a poco, como siempre pasa con las adicciones, a distintas formas de distorsionar la realidad. Empezamos tolerando “pequeñas” irregularidades en la economía de nuestros gobernantes y terminamos nadando en un mar de casos de corrupción. Empezamos aceptando información pública de la realidad “un poco” sesgada y terminamos con la “historia oficial” primero y con los relatos épicos ahora. Ya ni las imágenes de los niños desnutridos entre la basura, las "voladoras" que se nos cruzan de frente, ni los políticos, diputados, economistas que entran a la cárcel de Najayo, logran sacudirnos.


 


 

domingo, 16 de septiembre de 2012

Codependencia en el seno de la familia

La codependencia es la enfermedad de la familia y de las personas más allegadas al paciente que presenta la conducta adictiva. La codependencia es producto de la manera en que se procesa el cerebro de la persona afectada con la enfermedad. Si el cerebro de la persona enferma procesa de modo diferente, todas sus funciones comienzan a deteriorarse. De esta manera, se deterioran las relaciones familiares, las sociales, económicas, laborales; en sí, todo lo relacionado a los diferentes procesos cerebrales. Esto elemento evoluciona de manera significativa en el afectado, el mismo tendrá una mala imagen de sí mismo, como que si todo lo que hace, dice, piensa y siente; está mal.

De igual modo y con el tiempo, los familiares comienzan a deteriorar sus sentimientos, actitudes y pensamientos del mismo modo que la persona que padece la enfermedad. Ahí surge la incomprensión. Es cómo si se hablara en diferentes idiomas y los familiares, al igual que la persona enferma, comienzan a sentirse mal por sus comportamientos que, sumados al sentimiento de culpa hace de las relaciones y de la vida un "infierno".

Por ello, si se desea recuperar a una persona no es posible si concomitantemente no se recupera a la familia. De ahí el por qué le doy mucha importancia a la recuperación familiar. No es real suponer que todo se solucionará si se deja de consumir sustancias, se cambia de comportamiento o emociones. Sino que también es necesario que todos en la familia recuperen sus emociones y disfruten de una vida relativamente normal.

Como especialista en el estudio y tratamiento de la codependencia, defino como codependientes a todas las personas quienes están enamorados o casados con un adicto, tienen un padre o un abuelo alcohólico o adicto, o crecieron en familias reprimidas. Así, aseguro, casi en su totalidad, que un gran porcentaje de la población es codependiente, basado en mi experiencia dentro del manejo de las adicciones por mas de tres décadas en diferentes naciones y sociedades del mundo. Como la adicción, la codependencia es una enfermedad dada que presenta un inicio, un curso de desarrollo con síntomas definidos y un fin. Por ello, es necesario que las familias con un integrante sufriendo de adicción también sea tratada. Continúe leyendo para conocer cómo le puedo brindar soporte a la familia de una persona con adicción.

La codependencia es un trastorno producto del entorno en el que hemos crecido y en el que nos han educado. La persona que es codependiente sufre por cosas por las que realmente no le corresponde sufrir, incauta el sufrimiento ajeno y lo hace suyo, al mismo tiempo se olvida de sus verdaderos problemas. Es necesario saber los factores relacionados para poder evitar y controlar este perturbador desorden. Tómese su tiempo en leer esta página para aprender de qué se trata la codependencia, cómo afecta a la familia y cómo poder controlarla.


La codependencia puede ocurrir en cualquier persona que está en contacto con la adicción de otra persona, ya sea un familiar, amigo, compañero, pareja o paciente que sufra de adicción. Además existen otros desordenes de conducta y enfermedades que pueden generar codependencia, tales como los trastornos psicóticos, violencia intrafamiliar, el maltrato dentro de un todo y los diferentes tipos de neurosis. Si observamos, estos tipos de trastornos conductuales pudieran resultar ser comportamientos derivados de la adiccion como tal. Siempre que hablo de la adiccion, establezco la organicidad o cronicidad mediante la secuela patologica que ella por si misma arrastra.

Toda persona expuesta a estos desórdenes, puede desarrollar codependencia. Muchas veces alguien que ha desarrollado codependencia por crecer en una ambiente disfuncional adictivo, no manifiesta grandes síntomas hasta que se casa o forma una relación de pareja. Por otro lado, con mucha regularidad las hijas de adictos, terminan casándose con otros adictos, aún sin que esto sea una decisión conciente.

La codependencia se origina en las familias disfuncionales y convierte a los miembros de esas familias en personas hiper-vigilantes. Al estar el ambiente familiar tan lleno de estrés debido a la violencia, la adicción al alcohol o a las drogas, las enfermedades emocionales de sus miembros, etc. de igual modo la persona codependiente, enfoca su atención hacia su entorno para defenderse de algún real o imaginario. El estado de alerta es una defensa de nuestros cuerpos, algo temporal que nos ayuda a defendernos en momentos de peligro. Pero cuando ese estado se vuelve crónico, la persona pierde el contacto con sus reacciones internas, ya que todo el tiempo su atención está afuera de sí misma.

Por ello es necesario que las familias con un integrante sufriendo de adicción también sean tratadas para poder superar aquellos problemas que no permiten llevar una vida saludable ni feliz. Para ello también presto suficiente ayuda e información a la familia, además de brindar orientación de cómo poder participar dentro de grupos de apoyo para personas codependientes, tales como Al-anon y Alateen. Continúe leyendo para informarse más acerca de estos útiles y beneficiosos grupos de apoyo. Solo localícelos en la fuentes de información más accesibles al pais en el cual vive el conglomerado familiar. Estan mundialmente representados. El problema de la drogodepencia es global, en tal medida, afecta a la familia en cada rincón del planeta.


Como ayudar a la familia

Uno de los principales propósitos de este espacio virtual es brindar ayuda a los familiares para superar los factores que los afligen. De este modo nuestro página, a traves de todas las publicaciones que presenta, ofrece información que brinda apoyo y soporte real y efectivo en las siguientes áreas:

La familia debe enfrentar los problemas que se presentan por el uso del alcohol, las drogas y otras dependencias: Se promueve a que la familia actúe y preste ayuda a la persona con adicción y a sí misma.
  • Ayuda para identificar las características de una relación familiar saludable: La familia será capaz de identificar cuáles son sus deficiencias para poder superarlas y cuáles son sus aciertos para incentivarlos.

  • Herramientas para cambiar las respuestas familiares ante determinadas situaciones: La familia aprenderá a manejar situaciones difíciles de una manera más inteligente y acertada.

  • Encontrar la ayuda para promover un ambiente de comprensión donde es posible compartir con personas que se comprenden, serán parte de las responsabilidades de cada familia para incentivar la creación de un ambiente armonioso y establer donde los integrantes se sientan comprendidos, amados y respetados. Narcóticos Anónimos le ofrecera informacion valiosa al respecto, solo contáctelos.

    Nuestro espacio es eficaz y confiable alrededor de todo el mundo; llega a todos sus confines.  Si tiene alguna consulta adicional que quiera hacernos, no dude en comunicarse con nosotros. Solo entre al espacio correspondiente para publicar comentarios y haganos llegar su inquietud, si lo desea puede hacernos llegar su correo electronico y le contestaremos mediante el medio que entienda mas oportuno,  cualquiera de las opciones que elija para comunicarse, usted recibirá una respuesta inmediata, confidencial y profesional de mi parte.




    Grupos de apoyo Al-Anon y Alateen

    Al-Anon es una organización mundial fundada en 1951 que cuenta con más de 26 mil grupos en 115 países del mundo y ofrece un programa de ayuda para las personas afectadas por el beber de un familiar o amigo, ya sea que éste reconozca o no que tiene un problema con la bebida.

    Del mismo modo, los miembros de Alateen son jóvenes menores de 19 años que tienen o han tenido que afrontar el problema de la bebida de sus padres, parientes o amigos.

    Como miembro de la hermandad Al-Anon, los miembros de Alateen intercambian ideas y experiencias para adquirir una mejor comprensión del alcoholismo y, de esa forma, disminuir los efectos de éste en su propia vida.

    Dichos grupos pueden facilmente ser encontrados por las informaciones que les brindaran las companias telefónicas de su país o mediante este mismo medio, entiendase; Internet

    Grupos de Apoyo Al-Anon

    Al-Anon es una organización mundial fundada en 1951 que cuenta con más de 26 mil grupos en 115 países del mundo y ofrece un programa de ayuda para las personas afectadas por el beber de un familiar o amigo, ya sea que éste reconozca o no que tiene un problema con la bebida.

    Además, Al-Anon ofrece ayuda confidencial y anónima para quienes están afectados por alguna persona alcohólica, aunque también brindan apoyo para los familiares de las personas que están bajo la adicción a las drogas. Al-Anon ofrece ayuda a los padres, los abuelos, las parejas, compañeros de trabajo y amigos que rodean a la persona con dependencia.

    Al-Anon tiene gran aceptación mundial por el enorme soporte moral y espiritual que brinda que ayuda a alcanzar un nuevo estilo de vida edificada sobre el desarrollo y mejoramiento personal. Asimismo, encontrará comprensión, orientación fortaleza y esperanza. Todo ello converge en un gran soporte para los familiares de los bebedores para que puedan afrontar y superar exitosamente la enfermedad que los aqueja.

    Los miembros de Alateen son jóvenes menores de 19 años que tienen o han tenido que afrontar el problema de la bebida de sus padres, parientes o amigos. Como miembro de la hermandad Al-Anon, los miembros de Alateen intercambian ideas y experiencias para adquirir una mejor comprensión del alcoholismo y, de esa forma, disminuir los efectos de éste en su propia vida. Los miembros de Alateen aprenden a aceptar el alcoholismo como una enfermedad. Además, en Alateen aprenden lo importante que es dejar de preocuparse por el comportamiento del alcohólico y ser más conscientes de su propia identidad y automejoramiento. De esta forma, los jóvenes de Alateen superan los efectos que la adicción de su ser querido ha producido en ellos.

    El pensamiento social y adictivo

    Deseo compartir algunas experiencias de mi vida, de la época en que se dio lugar, allá para la década del los 60's, la llamada " Peace and Love", solo así podremos entender lo impactante que puede ser crecer en una sociedad desigual, maltrecha e insostenible dentro del tema deseo hacerles llegar.

    Hemos nacido para cumplir muchos propósitos en nuestras vidas desde el punto de vista de la creación y del desarrollo del individuo ante la multiplicación dentro de su propia esencia. Durante tiempos muy remotos se podían experimentar preceptos y valores totalmente distantes al existente, aun conociendo que no estaban excentos de otros males o desaciertos generacionales. El empobrecimiento social siempre ha existido, solo que ha ido en crescendo en la medida establecida por la cronología del tiempo.

    En la medida que nos vamos convirtiendo en jóvenes adolescentes, la sociedad nos presenta el lado oscuro que jamas habíamos conocido. La pobreza y la riqueza no nos exime de conocer ese lado que nuestros padres no desean que conozcamos, la razón; muy sencilla, todos vivimos en una jungla contaminada por seres indomables. Ellos también formaron parte de otros comportamientos, probablemente similares o diferentes, no importa cuales hayan sido; los vivieron también y de ellos aprendieron.

    Habiendo estudiado el perfil psicológico del adicto social a través de tres largas décadas, he llegado a la siguiente conclusión: El joven vulnerable de hoy no es diferente de aquel joven que vivía en mi interior hace mas de cuatro décadas atrás. Experimentamos las mismas circunstancias de vida dentro del marco del crecimiento e interacción social con nuestros amigos del momento. El arraigo por sentirnos y comportarnos diferentes no es un puro capricho de las épocas. Es parte de nuestro desarrollo como nuevos individuos, uno que camina junto a los lineamientos que la sociedad progresista nos construye.

    La familia juega un papel muy importante en nuestro crecimiento. Es posible pensar que aquellas aparentemente estables emocional y economicamente bien estructuradas, pudieran estar mas lejanas ante la posibilidad de vivir las consecuencias de los comportamientos nefastos de sus vástagos ante una actualidad real de nuestros días.

    La realidad es otra, el termino mal descrito como "crimen" se da en todas las clases sociales. Solo que las mas pudientes apagan las secuelas de sus actos delictivos con dinero o prestigio, mientras que por el otro lado de la moneda, el grupo de grandes carencias, justifica los ingresos correccionales del estado mediante las normas punitivas dirigidas por delicuentes vestidos de blanco. Esto se hace mas evidente en los países mal llamados "naciones en desarrollo" donde la corrupción impera y se hace amiga de lo irracional.

    El país donde he decidido retirarme es uno bien pobre y carente de educación, pero existen mas ricos que en la gran mayoría de muchas naciones industrializadas. Son tan diversos los escenarios que se abren paso ante tal indolente posición poblacional, que requeriría una publicación adicional, realmente no es mi interés presentarlos en esta momento, tan solo continuaremos con el tema de la contaminación del pensamiento social y adictivo que es el que se abre paso con mayor fuerza en cada década que transcurre.

    Los valores morales y principios espirituales han ido desapareciendo ante el transcurrir generacional, es lamentable que esto sea una realidad que no podemos cambiar ni evitar estas formas en nuestros actuales tiempos. Pienso que la sociedad del futuro sera una totalmente desfigurada. No habrá principios antes los valores familiares, religiosos, espirituales, afectivos, intelectuales, éticos y económicos, entre otros. Todo esto desaparece ante nuestras propias narices en la actualidad, sin que podamos hacer nada. El gran avance en la tecnología en nada los ayuda si no pueden hacer un buen uso de la misma, se irán insensibilizando ante la grandes conquistas de los nuevos seres autómatas o robóticos que trafican los dogmas actuales.

    Esa famosa frase de "coger el toro por los cuernos" pasara al olvido ante las grandes calamidades que jamas tendrán respuestas conquistadoras. Si los futuros padres de hoy que estamos "educando" serian los patriarcas familiares y profesionales del entonces, jamas quisiéramos verlos actuar sobre sus hijos, justo en el preciso momento que nosotros como padres les conocemos sus emancipadas interioridades del desligue ante nosotros.

    Solo el tiempo nos dirá en su momento que tan profundo resultara ser este enorme sepulcro de la humanidad desvalida y tambaleante ante una eventualidad indescriptible. Mientras tanto tratemos revertir los procesos que podamos observar como degenerativos y demole paso a los sentimientos puros o limpios que transitan por nuestros interiores. Los viejos sedimentos del alma y el espíritu nos ayudaran en la reconstrucción de ese nuevo ser. Solo de nosotros dependen los cambios, no esperemos que otros asuman las responsabilidades.








    sábado, 15 de septiembre de 2012

    Definicion de drogadicción

    La drogadicción es un problema de salud serio y complejo que requiere tratamiento y apoyo tanto fisiológico como psicológico. Es importante que se haga una evaluación por parte de un profesional capacitado para determinar el tratamiento apropiado.

    jueves, 13 de septiembre de 2012

    El Perdon


    Todos hemos sido agredidos alguna vez de alguna forma, a veces conscientemente y otras, las menos, inconscientemente.
    Las primeras heridas del alma las recibimos desde nuestro nacimiento. Nacer requiere esfuerzos y sufrimiento; y el camino de la niñez está poblado de contrariedades y dolor, pero también, en la mayoría de los casos afortunadamente, de alegria y momentos felices.
    Sin embargo, acostumbramos a guardar muy ocultos dentro de nosotros mismos, los agravios. Son las manchas del alma que también contaminan el cuerpo.
    El odio es la emoción que más nos destruye por dentro y por fuera. El orgullo es un pariente cercano y la soberbia es el peor de los males.
    Los soberbios son los que ocupan un lugar profundo del Infierno, como dice Dante en la Divina Comedia, porque fueron orgullosos y no perdonaron nunca a nadie.
    Perdonar las afrentas que nos causaron, tiene gran poder curativo y perdonarse a uno mismo, que es mucho más difícil, permite liberarse del pasado y del temor a la muerte.
    Es como una paradoja, porque si no perdonamos, aunque hayamos sido los supuestamente agredidos, también nos sentimos culpables.
    La herida es infligida por nosotros mismo que somos los que evaluamos las circunstancias. El suceso en sí mismo objetivamente puede ser considerado insignificante pero la magnitud del daño lo agregamos cada uno de nosotros.
    No es la experiencia sino la forma de vivir la experiencia la que nos ha ofendido.
    Conspiración en el Infierno. En el cono invertido de Lucifer estaban los pecadores hundidos en el infierno, donde la gravedad del pecado adjudicaba el lugar permitido. Se reservaban las profundidades a los peores donde sufrirían las más terribles torturas por toda la eternidad y el lugar más siniestro y oscuro era para los traidores.
    Al borde del abismo del infierno se encontraron ladrones, hipócritas, usureros y suicidas y emergiendo desde una selva oscura, se fueron agregando a la reunión, lujuriosos, violentos, falsos y herejes.
    Todos ellos habían sido convocados por los indiferentes e indolentes, curiosamente, ahora organizadores de una conspiración en el infierno.
    Parecía increíble que los considerados despreciables, porque en la vida no tomaron partido, en la eternidad se declararan francos iniciadores de revueltas; y aunque algunos habían sido justos en sus vidas, donde no faltó la desidia, para la Divina Potestad no era suficiente.
    No fue fácil llegar a un acuerdo entre ellos por la diversidad de caracteres y por los vicios que cada uno tenía a pesar del intenso dolor que padecían, sin embargo, al final de una acalorada discusión decidieron por unanimidad exigir su traslado al Purgatorio, para tener una oportunidad de reivindicarse.
    Habían sido advertidos a su llegada que debían dejar sus esperanzas afuera, que la pena de sus errores sería eterna, pero su vocación de dioses no les permitía aceptar tal condena sin ofrecer ninguna resistencia.
    Levantaron un acta y todos firmaron, dispuestos a no eludir el compromiso.
    Recordaban que Dios había sacado del Infierno a todos los que existieron antes de Jesucristo, que por no estar bautizados permanecían al borde del infierno; y como con esa decisión había sentado un precedente, pretendían el mismo trato.
    Como en la eternidad el tiempo no existe, el Supremo consideró la idea de inmediato y evaluando la ofensa y sin que hubiera siquiera un intervalo, fueron todos ascendidos al Purgatorio, como deseaban.
    A pesar del desafío, Dios perdonó todo, porque perdonar es divino.